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¡AUTOVÍA DE LA VEGA NO!

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Las personas y organizaciones abajo firmantes manifestamos nuestra oposición al proyecto de nueva infraestructura que acaba de rescatar la Junta de Andalucía: la VAU-09 Distribuidor Sur de Granada y su enlace con la autovía A-44, sobre terrenos de la Vega Sur de Granada.

Este vial, con características de autovía y tres carriles por sentido, proyectado sobre terrenos fértiles de vega de alto valor productivo, está recogido en el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Granada (POTAUG) de 1999, época de expansión de la aglomeración urbana, en la que se diseñó una nueva red viaria que favorecía la dependencia del automóvil y relegaba la implantación de una red eficiente de transporte público, exceptuando la limitada cobertura del metro.

Ahora, veinte años después, esta infraestructura ha quedado plenamente obsoleta, pues va en contra de los objetivos de transición ecológica que deben marcar la recuperación económica. Supone además un gravísimo atentado contra el patrimonio agrario y etnológico de la Vega de Granada como parte integrante de la memoria territorial y paisajística de la ciudadanía granadina.

Este proyecto de Distribuidor Sur de Granada va también en contra del Pacto por la Vega suscrito por todos los partidos políticos en febrero de 2015, incluidos PP y Ciudadanos, que en su punto 1º establece: «Protección y adaptación normativa. Instar a que las Consejerías con competencia en la materia realicen los cambios normativos necesarios para proteger los suelos agrarios de la Vega de Granada frente a cualquier otro uso no compatible con la actividad agraria, e iniciar los procesos para recuperar los espacios degradados de la Vega de Granada».

¡NO A LA AUTOVÍA DE LA VEGA

Movilidad insostenible.

La construcción de la Autovía de la Vega incluye una plataforma elevada que supondría una barrera infranqueable entre lo que restaría de la Vega Sur y el piedemonte de la Sierra con los bordes de la ciudad de Granada. Ello haría inviable la futura llegada del metro a las localidades de la cornisa sur, lo que las privaría del medio de transporte colectivo menos contaminante en la actualidad. Esto se viene a plantear cuando muchas ciudades europeas y nacionales están renovando sus agendas urbanas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y adoptando estrategias políticas más resilientes y adaptativas ante la crisis climática que se avecina, ya que actuaciones de este tipo solo contribuyen a agravarla.

Aumento de la contaminación

Con la construcción de la Autovía de la Vega se cometería la barbaridad de ampliar en miles de metros cuadrados la red viaria de la aglomeración urbana de Granada para ocuparlos con automóviles. Ello incrementaría exponencialmente la contaminación del aire que respiramos, uno de los más nocivos del país y responsable de gran número de enfermedades y muertes relacionadas con los valores extremos de polución, incluyendo la mayor incidencia de contagios y mortalidad por COVID 19 en Granada. Nuestra particular orografía, que dificulta la renovación del aire, exige medidas particularmente contundentes para incrementar la calidad del aire.

Pérdida de suelo agrario,

acequias y acuíferos.

La construcción de la Autovía de la Vega sería una nueva herida que fragmentaría aún más lo que resta de la Vega Sur y haría más inviable la actividad agraria que le da sentido. Se destruirían muchas hectáreas de cultivo y acequias de riego, lo que supondría un grave perjuicio para las personas que se dedican a la agricultura, así como la liquidación del medio natural que ha proporcionado históricamente alimentos y sustento económico a Granada. La Vega Sur es además una reserva natural de agua gracias a sus acuíferos, patrimonio colectivo que hay que proteger como garantía de reserva de abastecimiento. En resumen, nuestras tierras fértiles son una garantía de abastecimiento local de productos de primera necesidad que es imperativo proteger, como se está demostrando en la actual pandemia.

Especulación urbanística y degradación del paisaje

La construcción de la Autovía de la Vega tendría como consecuencia la pérdida del uso agrícola de los terrenos colindantes a la infraestructura, abriendo la puerta a nuevos proyectos de urbanización, con la consecuente degradación irreversible del paisaje y de los usos ciudadanos asociados a la trama de pequeñas explotaciones agrícolas conectadas por senderos: espacios para uso social y comunitario, deportivo, ocio saludable y desplazamientos alternativos.

Derroche económico e

ineficiencia

La construcción de la Autovía de la Vega supondría un derroche económico inaceptable al implantar una infraestructura cuya eficiencia y rentabilidad económica, social y ambiental están seriamente cuestionadas, ya que los actuales problemas de tráfico en esta zona se deben en su mayor parte a los viajes diarios hacia y desde la ciudad de Granada. Y ello en momentos de fuerte crisis económica, por lo que el ingente gasto es de todo punto injustificable para nuestra generación y para las generaciones futuras. La experiencia ha demostrado que construyendo más carreteras se multiplica el tráfico, así que debemos apostar por modelos de transporte público, ciclista y peatonal.

POR TODO ELLO, LAS ASOCIACIONES, ORGANIZACIONES, PLATAFORMAS Y SOCIEDAD CIVIL DEMANDAMOS:

Declarar la Autovía de la Vega VAU-09 como infraestructura obsoleta e innecesaria, contraria a la lógica territorial del área metropolitana y su vega.

— Planificar responsablemente la movilidad sostenible del área, dedicando a ello el presupuesto de la Autovía de la Vega, desde la promoción y fomento del transporte público metropolitano necesario como alternativa al uso del automóvil.

— Habilitar recorridos radiales entre los municipios de la corona sur y la capital, con plataforma segregada para el transporte público no contaminante y de alta frecuencia.

— Mejorar los caminos de la Vega Sur para ofrecerlos como una red de caminos saludables que interconectan los municipios para recorrerlos a pie, en bici y vmp.

—Apoyar la actividad agrícola y el comercio hortofrutícola locales, rentabilizándolos con iniciativas para su reconocimiento social como actividades económicas esenciales, y con la revalorización de las variedades y los productos de cercanía, que impulsen el sector relacionado con la alimentación y la gastronomía de la zona.

— Apostar por la naturalización decidida de nuestras ciudades, recuperando la relación con su terreno productivo y logrando territorios y comunidades socialmente responsables.

— Proteger la Vega de Granada por su insustituible función
como sumidero de carbono, para lo que es imperativo
mantener sus usos agrícolas y forestales.

— Abordar todos estos procesos de forma participativa y consensuada con la ciudadanía granadina.

Granada, 25 de noviembre de 2020

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